Este apunte está pensado para trabajar la
primera parte de los contenidos de Historia en 4° año de Educación Secundaria,
hasta el fin de la Gran Guerra. Lo ya dicho acá, vale para el presente trabajo,
a lo cual añado algunas observaciones específicas, especialmente para docentes:
a.
La periodización no es casual. La mayoría de los libros de texto,
publicados por las grandes editoriales, toma la Primera Guerra Mundial como
objeto de un capítulo específico. Por lo que he experimentado como docente en
estos años (y que también viví como estudiante), esto no ayuda a entender esa
contienda como el resultado de fuerzas profundas, que se arrastraban en la
coyuntura, e incluso como resultado de contradicciones sistémicas, sino como
producto de un gran acontecimiento: el asesinato del heredero al trono del
Imperio Austro-húngaro. Como un soporte para contradecir esta explicación, este
único capítulo comienza con la crisis desatada en 1873, y culmina en la Gran
Guerra, no sólo a modo de un capítulo que sencillamente expone sucesos en orden
cronológico, sino intentando desplegar, a lo largo de los diferentes puntos que
lo componen, las causas y motivaciones que derivaron en la guerra. Entonces, la
etapa que analiza el capítulo, no es un simple recorte de tiempo arbitrario,
sino que es resultado de una hipótesis: que la gran guerra debe ser explicada
remitiéndonos, al menos, a los fenómenos desatados desde la Gran Depresión.
Puede ser un buen eje para contrastar explicaciones sobre el tema.
b.
En consonancia con esto, intenté desplegar una narrativa acorde,
ya que cada subtítulo del apunte tiene un tema fundamental, con un comienzo, un
desarrollo y un final provisorio. Además, a lo largo de sus páginas intenté
presentar debates o interrogantes que se les presentaban a los
protagonistas del momento. Esto está pensado con la idea de fortalecer la
empatía en quien lea, ayudándolo a situarse en ese tiempo histórico. Pero
también tiene un fundamento epistemológico: es fundamental no ver la historia
teleológicamente, como si las cosas que sucedieron fueran parte de un camino
único, cuyo punto de llegada estuviera predestinado. Es decir, el desafío es
explicar, por ejemplo, la Gran Guerra, sin “hacer trampa”, situándonos desde su
estallido, ya que los actores del momento no sabían (aunque muchos lo
imaginaban), que en 1914 se desataría un conflicto de dimensiones mundiales;
sólo esa condición le puede dar sentido a sus decisiones.
c.
Como el marco teórico adoptado es el materialismo histórico,
traté de adoptar el punto de vista de la clase obrera y sus intereses
(cuestión polémica, que se presta para un debate por sí misma, pero que es útil
para los fines de este trabajo), como trampolín para la comprensión del período
y sus contradicciones. Por eso intento rescatar las distintas expresiones de
lucha y resistencia frente a un presente histórico que estaba abierto, no
cerrado de antemano: las de la clase obrera, pero también de las mujeres y de
los pueblos y naciones oprimidos. De la mano con lo planteado en el punto b, la
idea es hacer que los recuerdos relumbren, en los momentos de peligro[1]:
la gran guerra no pudo ser evitada, pero muchos plantearon que había que pelear
por la paz; así como las mujeres lucharon por condiciones que las acercaran a
la igualdad con los hombres, y muchas naciones del continente africano se
enfrentaron a la invasión y colonización de sus territorios. Su futuro estaba
abierto, y frente a él, tomaron un tipo de decisiones, que hoy rescatamos. Lo
que, desde una enseñanza de la Historia que se propone formar ciudadanos
democráticos, que comprendan su presente y se involucren en la construcción de
un futuro más justo, puede servir para el debate acerca de los futuros posibles
hoy: ¿Qué decisiones tomamos hoy, para un futuro que no está cerrado?
d.
Los conceptos utilizados, no son aleatorios, por lo que es un punto
al que recomiendo prestar especial atención para el trabajo en el aula; sobre
todo si se pretende avanzar en la distinción entre Historia e Historiografía,
por ejemplo, contrastando explicaciones sobre un mismo fenómeno. Así, acá se
habla de “imperialismo”, en tanto fase del capitalismo y época histórica, una
que aún no se cerró, y no para referirse a la expansión colonialista de fines
del siglo XIX. También se clasifica a los países, pero no según la división
entre centrales y periféricos, o desarrollados y subdesarrollados
(clasificaciones bajo las que subyacen marcos teóricos, aunque a veces se haga
de cuenta que fueran emanaciones de la misma naturaleza), sino entre países
opresores (imperialistas) y oprimidos (dependientes, coloniales y
semicoloniales). Asimismo, hay una caracterización de la Guerra en tanto
expresión de la disputa interimperialista.
e.
En cuanto a su uso en el aula, está pensado para que sea una
herramienta que ayude en la comprensión de nuestro pasado, para entender
nuestro presente, que es a su vez una condición para poder transformarlo. Pero
destaco que es un soporte, y que en todo caso va a poder ser útil en
aquella tarea, sólo si hay un docente que desarrolle estrategias que permitan
poner a los estudiantes en situaciones destinadas a aquel fin. También está
pensado para ayudar en la necesaria separación, o “trimensionalidad”, entre
Historia e Historiografía, lo cual sólo puede suceder con el docente como
intermediario entre los estudiantes y el conocimiento. Si este apunte se usa sólo
para trabajar preguntas de comprensión lectora, y no se lo contrasta con otras
fuentes (ya sean primarias o secundarias), sólo se va a reproducir la práctica
habitual de transmitir un relato no problematizado, y se va a contribuir a
alimentar las acusaciones de aquellos que nos señalan por adoctrinar
estudiantes.
f.
Por más que esté en formato digital, recomiendo hacer que los
estudiantes lo impriman para leerlo; es por lo menos lo que voy a implementar
este año. En la práctica, comprobé que no es lo mismo para ellos leer algo tan
largo y complejo desde un celular, que tener la hoja física, que se puede
subrayar, escribir, etc.
g.
Repito algo del posteo anterior: este trabajo está hecho para ser
compartido, usado, comentado y enriquecido. Cualquier opinión o sugerencia va a
ser bienvenida.
Leé y/o descargá el apunte acá.
[1] Ver GRESORES,
G. y SPIGUEL, C. “Historia y verdad, una relación problemática” en GRESORES, G.
[et. al.] (2014) Fundamentos de Historia
Social desde Nuestra América. Buenos Aires: Cienflores.
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